lunes, 10 de diciembre de 2007

Asunción Nueva Presidencia- Cristina Kirchner


Amagó con dejar correr algunas lágrimas, pero tapó el gesto con una amplia sonrisa. Luego, se abrazó con su marido, de quien recibió el bastón de mando. Un Congreso repleto, papeles volando, vestido completamente blanco. Así, en ese marco, Cristina Kirchner asumió como primera presidenta electa a través del voto popular. En su discurso ante la Asamblea Legislativa, hizo equilibrio entre la defensa de la gestión que comenzó en 2003 y la promesa de "corregir lo que haya que corregir". También volvió sobre la idea de campaña de "pacto social", con sendas advertencias a empresarios y sindicalistas. Y habló de profundizar la política de derechos humanos y la integración regional.

"Es un escenario diferente al de hace cuatro años y medio", fue una de las primeras frases de su discurso y el eje de todo el primer tramo. Allí, enfundada en un vestido completamente blanco, la presidenta Kirchner elogió a su marido por haber asumido "en nombre de un proyecto político". Y destacó que la diferencia con la que venció hace un mes y medio a Elisa Carrió fue casi el mismo porcentaje que constituyó el capital político de su marido en 2003.

"En tiempos de la posmodernidad, usted es un presidente de la modernidad y yo también. Creemos firmemente en los proyectos políticos, y en superar las individualidades. Nunca he creído en los triunfos personales y particulares. La sociedad convalidó una construcción política, social, económica", expresó Cristina Kirchner. Fue una fuerte apuesta a la continuidad de modelos, aunque también dejó paso a lo que será una de sus prioridades en la primera etapa de gobierno: la reforma judicial.

"Saldamos una deuda que teníamos con los argentinos: dar una Corte Suprema que no nos avergonzara, honorable. Falta que también abordemos el resto del Poder Judicial, la reforma que debemos darle, para que la sociedad vuelva a sentir la justicia como un valor reparador y equilibrador. Y que también será el valor seguridad", puntualizó.

Haber entrado en esa área le permitió luego referirse a uno de los proyectos que más fuertemente impulsó desde su banca de senadora y por el que recibió más críticas: la reforma del Consejo de la Magistratura. Dijo que "aquellas profecías que se desgranaron en ríos de tinta acerca de que íbamos a manipular la Justicia resultaron desestimadas no por otros discursos sino por la realidad.

Otro punto alto del discurso fue la referencia al modelo económico y al llamado "Pacto social" sobre el que hizo hincapié en la campaña electoral. "Debemos superar lo del modelo, si era de industria o si era del campo. En un modelo de acumulación, campo e industria tienen sinergia", sostuvo en plan de derruir viejas antinomias. Y también se mostró dura con las dos partes principales en pugna en el pacto social: "el acuerdo no es de precios y salarios. Yo no he venido a ser presidenta para ser gendarme de la rentabilidad de los empresarios, y tampoco para convertirme en parte de una interna sindical o política", dijo. En esa línea, llamó a buscar acuerdos "de grandes metas".

Más allá de estos ejes, el discurso de la flamante presidenta pasó por otros tópicos que dejaron definiciones de mayor o menor contundencia:

Educación: "Siempre hay que cambiar las cosas que se han hecho mal, tratando de profundizar las que se han hecho bien. La educación es otro eje fundamental. No hay financiamiento estatal que valga, si no hay capacitación y formación docente. Si todos no trabajamos y nos esforzamos.

El lugar de la Argentina en el mundo: "Ayer, los presidentes de Brasil, Ecuador, Paraguay, Bolivia y Venezuela, junto a nuestro presidente, firmaban el acta fundacional de lo que espero sea un instrumento en América latina (por el Banco del Sur), que no significa cerrarse al mundo. Alimentos y energía serán la clave de un futuro que está aquí".

El pedido de ayuda francés por la colombiana Ingrid Betancourt: "Allá estará la Argentina ayudando para que sea posible".

El terrorismo internacional: "Es un mundo más inseguro, más injusto. Hemos vivido los argentinos los ataques del terrorismo global, la lucha en la que estamos comprometidos tampoco nos debe llevar a justificar que por temor incurramos a la violación de los derechos humanos".

Malvinas: "Reclamo irrenunciable a la soberanía de las Islas".

Un párrafo aparte fue la mención al conflicto con Uruguay por la instalación de la papelera de Botnia en Fray Bentos. Allí, Cristina Kirchner, con el presidente Tabaré Vázquez en un palco del Congreso, prometió "honestidad" y puso todas las expectativas en circunscribir el diferendo en el Tribunal Internacional de La Haya.

La conclusión fue casi un resumen de su postura general: "Sé que falta mucho, que tenemos que profundizar algunas cosas y corregir otras, y sé que lo vamos a hacer. Sé que tal vez me cueste más por ser mujer. Siempre nos va a costar más, pero creo tener la fuerza para poder hacerlo. Los dos ejemplos que eligió para graficar esto también fueron especiales: por un lado, Eva Perón; por el otro, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Cristina asumió con gestos de continuidad y la promesa de "corregir lo necesario"
La Presidenta juró en su cargo y recibió el bastón de mando de manos de su marido, Néstor Kirchner. Luego, arrancó su discurso con fuertes elogios a la gestión pasada y aseguró: "Creemos firmemente en los proyectos políticos y en superar las individualidades". Después de sus primeras palabras como mandataria

Luego de la asunción, Cristina Kirchner fue a la Casa de Gobierno, donde les tomó juramento a los ministros que integran su gabinete. Por los diversos actos, hubo un fuerte operativo policial en toda la Avenida de Mayo. Estuvieron en las ceremonias presidentes y representantes de todo el mundo, a quienes saludó la presidenta electa luego del discurso.

Entre ellos se contaban Luiz Inácio Lula Da Silva, de Brasil; Rafael Correa, de Ecuador; Nicanor Duarte Frutos, de Paraguay; Tabaré Vázquez, de Uruguay; Evo Morales, de Bolivia; Michelle Bachelet, de Chile; Hugo Chávez, de Venezuela; Alvaro Uribe, de Colombia, y José Manuel Zelaya Rosales, de Honduras.

También participaron el príncipe Felipe de Asturias; el primer ministro de Francia, Francois Fillon; y los titulares del FMI, Dominique Strauss-Khan, de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y la vicepresidenta del Banco Mundial Pamela Cox, entre otros.

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